jueves, 28 de febrero de 2013

Cristo te cubrirá con su paz


“Cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella. Dijo: “¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz!”
(Lucas 19:41, Biblia NVI)
Lo único que produce paz verdadera es aceptar
a Cristo con todo tu corazón y con toda tu alma

Jesús sabía que el pueblo y los dirigentes de Israel esperaban a un mesías o enviado celestial que los pudiera librar de sus opresores terrenales. Es decir que no esperaban a alguien como Él, y  finalmente lo rechazarían como el verdadero Mesías prometido por Dios. Ante esta situación, antes de entrar en Jerusalén, Jesús llora compasivamente por el pueblo que pronto sufriría a causa de ese rechazo.

Cuando entró en la ciudad, Jesús fue recibido por una multitud estruendosa y al grito de “Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor” (Marcos 11:9). Pero la gente pensaba que el Mesías restauraría a Israel como nación y gobernaría sobre sus enemigos. El pueblo israelita no había logrado comprender el propósito de la venida de Jesús al mundo. Más tarde esa misma multitud gritaría “¡crucifícale!” ante Pilato, al ver que el Señor no era el mesías o dirigente que ellos esperaban (lee Marcos 15:13).

martes, 26 de febrero de 2013

El deseo de Su corazón


“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”
(Apocalipsis 3:11)
“Quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo”
(Juan 17:24)     
La presencia eterna del Señor Jesús será
la fuente de una felicidad y de un gozo indescriptibles

Los mensajes que nos muestran los versículos de hoy han servido de motivación y esperanza para los primeros cristianos, y no han perdido vigencia en nuestros días, en los que el regreso de nuestro Salvador se convierte en una realidad cada vez más cercana.

El regreso del Señor Jesucristo es una verdad que nos enseña la Biblia. Y no es menos importante que esa verdad sea una viva esperanza para cada creyente. El Señor desea que lo esperemos para verlo y estar para siempre con Él.

domingo, 24 de febrero de 2013

La verdad te libera


“Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” 
(Juan 8:36) 
Los que han abierto su corazón al Señor Jesús han
sido liberados del poder del pecado y de la inmoralidad

 La palabra “libertad” se ha convertido en un concepto clave en el mundo moderno. Para muchos, es sinónimo de todos los derechos que podemos ejercer a nuestro favor; para otros, es la independencia de cualquier código de valores, llámense morales, culturales o sociales. Pero para el cristiano, lo que Dios dice acerca de la libertad, siempre será lo más importante.

Como ya dijimos, muchas personas sostienen que ser libres es liberarse de todo tipo de prejuicio y de reglas morales que consideran pasadas de moda. Pero en el fondo de todo el asunto, estas piensan que ser libres es hacer lo que les agrada de manera egoísta, sin preocuparse por los demás. Pero lo que ellas no saben es que ser dominado por las inclinaciones, impulsos y codicias propias de la naturaleza pecaminosa del hombre, puede ser la peor de las ataduras.

jueves, 14 de febrero de 2013

Una auténtica necesidad


“Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel.  Hubo alegría muy grande, y leyó Esdras el libro de la ley de Dios cada día
 (Nehemías 8:17)
La  lectura de la Biblia en nuestros días no sólo es una
necesidad espiritual; también trae mucha felicidad con ella

 El versículo en el que meditamos hoy se refiere a una de las fiestas de Israel, en la que se recordaba cómo Dios había sacado de Egipto a su pueblo con mano poderosa.    

La Biblia nos relata que Esdras leía el libro de la ley (o sea la palabra de Dios) “todos los días”. El relato prosigue indicando que esto produjo mucha alegría en el pueblo, en este reencuentro con la palabra de Aquel que los había liberado y protegido en las más grandes adversidades. De ello se deduce que  leer la Biblia en nuestros días siempre nos producirá felicidad.

Cuánta gente que hoy está leyendo este devocional se siente privada de felicidad y alegría, pero hoy te aliento a que leas la Biblia y vas a ver que esto producirá una renovación del gozo en tu vida. Esdras leyó todos los días el libro de la ley, y el pueblo se juntaba a escuchar, y eso produjo mucha felicidad. Te aseguro que lo mismo te va a ocurrir a ti: cuando leas las Escrituras vas a tener mucho gozo.
 
Oración

Señor, en este día me propongo leer las Escrituras y meditar en ellas, porque sé que tu Palabra producirá alegría en todo mi ser.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo.
 

 

martes, 12 de febrero de 2013

Confrontando la incredulidad


Aunque (Jesús) fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios”
“Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre”
(2ª Corintios 13:4 - Romanos 6:4)
El Señor Jesús respondió a los incrédulos citando el testimonio
de las Escrituras y mostrándoles el poder ilimitado de Dios

En los tiempos de Jesús, algunas personas negaban la resurrección e incluso tenían dudas acerca de la existencia del mundo espiritual. ¿Cómo les contestó el Señor? Citando el testimonio de las Escrituras y mostrándoles el poder ilimitado de Dios. También explicó que en la vida después de la muerte, hay un gran abismo entre los salvados y los perdidos, por lo que es imposible pasar de un lado al otro, y desde allí tampoco se puede prevenir a los que todavía están en la tierra (lee Lucas 16:26-31).

Sólo el testimonio de las Sagradas Escrituras puede instruirnos. Creer la Palabra de Dios nos coloca, por medio de la obra salvadora de Cristo, del lado de los salvados. Pero el que se niega a creer, se queda sumergido en incertidumbres y tristezas. Por el contrario, si tú le crees a Dios, disfrutas de paz y esperanza por medio de la Palabra.

Si tú todavía tienes dudas, debes entender que el razonamiento por sí solo no te convencerá de la existencia de la Resurrección, porque es una cuestión de fe. Y a esa fe tampoco la puedes fabricar, porque la da Dios, y lo hace por medio de su Palabra. Si estás teniendo una crisis de fe o nunca creíste de verdad que Cristo vive hoy, tienes que comenzar primero por reconocer tus límites, aceptar escuchar a Dios y dejar humildemente que Él te guíe por medio de su Santo Espíritu por el camino que lleva a la fe.

Oración: 

Amado Señor Jesús, hoy te ruego por aquellas personas que no tienen fe, o que habiéndola conocido se sienten hoy débiles en espíritu, para que sean fortalecidas interiormente y sus ojos espirituales sean abiertos, y caminen desde ahora en el pleno convencimiento de tu Resurrección. Amén.

 ¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo