jueves, 31 de enero de 2013

Sanidad y prosperidad


“Ciertamente llevó nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados”                           
(Isaías 53:4-5)
Sanidad, paz y prosperidad es la herencia a la que
tenemos derecho como coherederos en Cristo 

En este día quiero compartir contigo que la salud, la prosperidad, la bendición, la sabiduría de Dios y las fuerzas nuevas están disponibles para ti, porque eres heredero de Dios y coheredero de Cristo.

Y esta condición de coheredero te hace propietario de todo lo que es de Cristo; y no olvides que tienes al Espíritu Santo, que te está revelando cada día al Señor Jesús. Por ello eres una nueva creación, estás completo, eres saludable y próspero.

La Palabra de hoy nos dice que El "llevó nuestras enfermedades". Recuerda que este mismo pasaje se cita en Mateo 8:17, aclarando que Jesús vino a dar sanidad a los enfermos, tanto física como espiritualmente. El Señor, como enviado de Dios, debía sufrir el castigo en nuestro lugar a fin de que seamos librados de nuestras dolencias y enfermedades, como también de nuestros pecados.

El "fue herido por nuestras rebeliones": No olvides que Cristo fue crucificado porque los hombres hemos pecado y somos culpables delante de Dios. Como sustituto nuestro, Él llevó el castigo que merecemos y pagó por nuestros pecados, salvándonos de la muerte eterna.

Gracias a sus llagas “fuimos nosotros curados”. Esta curación se refiere a la salvación con todos sus beneficios espirituales y físicos. Las enfermedades y dolencias son el resultado de la caída del hombre y de la actividad del diablo en el mundo. Pero recuerda que, como se declara en 1 Juan 3:8, El Hijo de Dios vino al mundo “para deshacer las obras del diablo”.

Por lo tanto, la Biblia dice que El llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, y hoy te aliento a que levantes las manos y comiences este día confesando estas palabras: “Él se llevó mis enfermedades y no hay más dolor en mi cuerpo. El Señor sufrió por mí, porque Él me ama y hoy acepto esta verdad”. La palabra sanado significa curado, bendecido. Al morir en la cruz del calvario, el Señor pagó el precio por la obra completa: la sanidad del ser humano en su dimensión de espíritu, alma y cuerpo.  Toda esa bendición está disponible para ti, y hoy te animo a que comiences en victoria, tomando lo que te pertenece. Sanidad, paz, prosperidad: esa es tu herencia. 

Oración: 

 Señor, tu Palabra me dice que Tú llevaste mis enfermedades y mi dolor en la cruz del calvario y hoy tomo mi herencia: sanidad completa en espíritu, alma y cuerpo. Gracias Señor por tu obra de restauración en mi persona. Amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo