“(…) despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”
(Efesios 4:22-24)
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
(Filipenses 4:13)
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
(Filipenses
4:13)
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A
veces la victoria sobre el pecado se gana en un momento; otras veces,
lamentablemente, lleva más tiempo y perseverancia.
Muchas
personas redimidas por Cristo han ganado de manera contundente la victoria
sobre las drogas y otros vicios dañinos. Pero otros han luchado por meses y
hasta años, antes de conquistar el mal hábito, y algunos, aunque resulte triste
decirlo, continúan día a día con una lucha que parece interminable.
Puede
ocurrir que estas últimas personas no conozcan del todo cómo deben hacer para
librarse del lazo que las oprime; pero ¿podría ser también que no estén
decididas a abandonar un pecado que prefieren acariciar de tanto en
tanto? Y si el caso es que no están del todo seguras, deben orar como lo hizo
David: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis
pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino
eterno” (Salmos 139:23-24).
Una
cosa es cierta: aunque las personas fallen en sus constantes luchas para
mejorar, la culpa nunca será de Dios. ¿Pero qué se puede hacer para obtener la
victoria final sobre el viejo hombre? Las siguientes líneas pueden ayudar:
·
Reconocer
que no tenemos en nosotros el poder para cambiarnos a nosotros mismos;
·
Orar
a Dios para que haga por nosotros lo que no podemos hacer por nuestros propios
esfuerzos;
·
Resistir
por la gracia de Dios en el momento de la atentación;
·
Dar
gracias a Dios por fe y dar por hecho de que Él responderá a nuestra oración.
Realizar
cualquiera de estas acciones será mucho mejor que quedarse con los brazos
cruzados y darse por vencido. Ten presente que el Señor ya te ha liberado, y que
ninguna fuerza opresora debe tener poder sobre tu persona; hoy tú debieras
vivir en victoria para Cristo. Considera
nuevamente las palabras de aliento que Dios nos dio a través del apóstol
Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses
4:13).
Oración:
Nuestro Padre celestial,
te agradecemos en esta mañana por la fortaleza y el aliento que recibimos a
través de tu Palabra, para poder vencer a la vieja naturaleza y gozarnos con
los poderes del nuevo hombre en Cristo Jesús. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo