lunes, 7 de enero de 2013

Nuestro tiempo en la tierra



“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”

(Hebreos 9:27)
Mientras el mundo incrédulo se debate en la desesperanza,
los cristianos tenemos la seguridad de la salvación que
nos llena de una expectativa de gozo

En la Carta del apóstol Santiago encontramos esta pregunta: “¿Qué es vuestra vida?”. Y él mismo responde: “Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14).

 Y aunque a muchos les parezca una idea atractiva, no existe tal cosa como la reencarnación; no volveremos a este mundo reencarnados en un gran ser o en una hormiga. Dios nos advierte que nos ha dado un único tiempo para invertirlo en los asuntos del Espíritu, y luego vendrá el juicio.

Por más que nos pongamos a lamentar por el tiempo perdido, no podemos volver a revivir ni un solo segundo de nuestra existencia. En la tierra sólo tenemos una vida para vivir. El tiempo es un bien que quizá ya hemos malgastado y que se nos sigue escapando de las manos. Pero es bueno saber que vivir de los sueños o dejarse dominar por los impulsos y deseos, no es vivir. Una vida es bien vivida cuando se camina con Dios a nuestro lado, teniendo la seguridad de su perdón y un gozo profundo en el corazón. Esta es la verdadera vida, la que se invierte buscando las cosas del Espíritu.


La mayoría de los seres humanos siente una silenciosa desesperación por los tiempos que se viven, y no es para menos, porque no tienen ninguna esperanza ni certidumbre en cuanto al futuro. Saben en su interior que su seguridad pende de un hilo. Los motivos de esta inquietud son numerosos: la situación económica, la contaminación del ambiente, el conflicto entre las naciones, las enfermedades, la destrucción de los valores que antes sostenían a la sociedad… y la lista podría continuar de manera alarmante.

Pero nosotros los cristianos estamos advertidos de estas cosas: el Señor Jesús dijo que en los últimos tiempos, habrá “en la tierra angustia de las gentes… desfalleciendo los hombres por el temor” (lee Lucas 21:25-26). Pensemos entonces en nuestra responsabilidad como creyentes, y llevemos las Buenas Nuevas a un mundo que se debate en la desesperanza. Dios nos ha dado ya la seguridad de Su salvación y Su testimonio nos llena de una expectativa de gozo. Hoy Jesús invita a todos los hombres a conocerlo por medio de nosotros, para que, como dice Pablo en su carta a Timoteo, “echen mano de la vida eterna” (1ª Timoteo 6.19).

 Oración: 

Señor Jesús, hoy necesitamos tomar conciencia de que nuestro tiempo en la tierra tiene una duración limitada, un tiempo que sólo Tú conoces, y que anhelamos invertir en los asuntos de tu Reino y en la propagación de tu Evangelio. Necesitamos invertir hoy en el futuro de gloria que Tú has prometido a los que te aceptan por medio de la fe. En su maravilloso nombre Señor, amén. 

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo