domingo, 6 de enero de 2013

Él te cubrirá con su paz



“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarte, Salvación mía y Dios mío”

(Salmo 42:5)
Debemos confiar en que el Señor no nos dejará
desamparados y que es fiel a sus promesas

A veces nos sentimos abatidos, turbados, y creemos que el mundo se nos viene abajo, que todo parece ir en nuestra contra. Es entonces cuando nos identificamos con el salmista, en los momentos de tristeza y de desesperación.

En esos momentos buscamos desesperadamente las respuestas y soluciones para lo que nos produce esa inquietud y turbación, y es cuando necesitamos y anhelamos que el Señor nos cubra con su paz. Pero el salmista se dice a sí mismo que no tiene por qué turbarse, que no hay razón para desesperarse pues tiene la convicción de que todo lo que está experimentando es pasajero, y se da cuenta que lo único que puede hacer es esperar y confiar en Dios.

Y si tú estas experimentando uno de esos períodos de prueba y dificultad, debes saber -como lo sabía el salmista- que Dios es nuestra única esperanza cierta, que debemos confiar en que el Señor no nos dejará desamparados y que es fiel a sus promesas; sabemos que Él es nuestra Roca y nuestro Refugio, y que lucha por nosotros cuando nuestras fuerzas parecen flaquear. No importa cuán poderosas parezcan las tempestades que se abaten sobre tu vida (enfermedades, problemas familiares, financieros, etc.); tú debes esperar en Dios y tener fe en la salida que Él proveerá, porque esa es la clase de esperanza a la que está llamado el cristiano. Y nunca olvides de alabar al Señor aun dentro de las pruebas, porque de esa forma saldrás aprobado y victorioso. 

Oración

En esta mañana oramos al Señor por aquellas personas que están pasando pruebas, para que nada las angustie, para que sigan confiando en Dios porque Él es “nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Sal. 46:1). 

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo