“Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía”
(Job 3: 25)
▲ Tenemos que
dejar de concentrarnos en las circunstancias adversas,
y confiar en que el Dios Todopoderoso tiene todo
bajo su control |
Estas palabras
fueron pronunciadas por Job cuando comenzaron a suceder una serie de
calamidades en su vida. Y debemos admitir que a muchos cristianos los asaltan
diariamente los temores sobre su porvenir y el de los suyos, a pesar de tener
un Dios poderoso que los guarda y protege.
Job era un
hombre perfecto y recto, como lo describe la Palabra (Job 1:1). Era un hombre
que intentaba agradar a Dios apartándose del mal y temiendo al Señor. Pero
cuando comenzó a visitarlo la desgracia, de su boca brotaron unas palabras que
denotaban su debilidad: “Porque el temor que me espantaba me ha venido”.
Y al igual que
Job, muchos cristianos de hoy viven con un temor que no les permite ser libres
para adorar y servir a Dios. Hay muchos que viven esperando que el mal no les
llegue, en lugar de esperar que las bendiciones de Dios los alcancen.
El temor en sí no es malo y todos en algún momento hemos sentido temor a
algo; pero lo peligroso es que el temor inunde mi vida y desvíe mi mirada hacia
las situaciones que pueden estar provocándolo.
El cristiano
que confía en lo Poderoso que es nuestro Dios no tendría que preocuparse por lo
malo que pudiera sucederle. Pero cuando el creyente es invadido por el temor a
tal punto de que le roba la paz de su corazón, está desviando su mirada y
está más pendiente de las circunstancias que son adversas, en lugar de confiar
en que el Todopoderoso tiene todo bajo control.
Cuando iban en
la barca junto al Maestro, sus discípulos sintieron temor de ahogarse, pero
Jesús les dijo: “No
temáis”. Realmente muchas veces nos olvidamos de lo poderoso que es
Dios para salvarnos y guardarnos del mal. Nos olvidamos de que si Él es por
nosotros, ¿quién contra nosotros?; nos olvidamos de la promesa de que Él estará
con nosotros todos los días de nuestra vida (lee Mateo 28:20).
Hoy es el
tiempo de comenzar a confiar plenamente en Dios; es hora de que depositemos
nuestra angustia en las manos del Señor. Yo te animo a que eches toda tu ansiedad sobre Él,
pues el Señor cuidará de ti, porque tu Dios es Soberano, es Inmutable, nunca
cambiará y ten por seguro que siempre cuidará de ti.
Señor Jesús, hoy te invitamos a caminar a nuestro
lado, con la confianza puesta en que podremos echar el temor de nuestras vidas,
creyendo de verdad que Tú eres bueno y poderoso para guardarnos del mal. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo