“Porque como desciende desde el cielo la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”
(Isaías 55:10-11)
▲ El
poder de la Palabra en un espíritu sediento por la verdad bíblica
es tan cierto como el del agua y la nieve en la
naturaleza |
La
lluvia y la nieve descienden del cielo para fecundar la tierra y siempre
cumplen su propósito, dando vida a la vegetación para que produzca la semilla y
el alimento. Así también la Palabra de Dios germina y crece cuando cae en
tierra espiritual fértil.
El
pasaje de Isaías declara también que la Palabra de Dios llega al corazón del
hombre y cumple el propósito del Creador; el amor del Señor nos edifica porque
sale de Sus labios para hablarnos y brindarnos el aliento necesario para
enfrentar cada día. No menos importante es la obra que las Escrituras llevan a
cabo en la mente del creyente, limpiando los preconceptos y pensamientos
erróneos (la “cizaña” del enemigo) que fuimos adquiriendo con los años, a los
que la Palabra derriba como si fueran fortalezas (lee 2a. Corintios 10:4-5).
El
poder de la Palabra en un espíritu sediento de la verdad bíblica es tan cierto
como el del agua y la nieve de la naturaleza. Pero la verdad sagrada produce un
cambio espiritual en la mente del hombre que ni la lluvia ni la nieve
pueden producir en la tierra; sus transformaciones son mucho más notables. La
Palabra nunca vuelve al Señor sin producir efectos importantes, sino que produce
exactamente los efectos que Él se propone lograr.
Hoy
es el tiempo de que recibas la Palabra de Dios, porque en ella hallarás la vida
(así como el agua da vida a la tierra), y siempre va a producir fruto. Recuerda: la Palabra de
Dios siempre cumple el propósito para el cual el Creador la declaró. Ella misma
te afirma: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. ¡Qué maravilloso es
saber que una vida de libertad plena está al alcance de tu mano! Hoy te aliento
a que recibas la Palabra y la implantes en tu corazón.
Oración:
Señor Jesús, hoy me propongo
diligentemente a recibir tu Palabra, así como la tierra espera la lluvia que le
trae vida, porque sé que de esta manera podré llevar fruto duradero. Amén.
¡Te
bendigo! Pastor Antonio Trejo