“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”
(Salmos 1:1-2)
▲ La delicia del
justo está en el estudio y aplicación
de la Ley del Todopoderoso en su vida
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El Salmo 1
sirve como introducción o presentación de las cinco colecciones de poemas que
forman el Libro
de los Salmos. En sus primeros versículos, nos encontramos con el
desafío de los dos estados del hombre: el de aquel que se ha rendido a Dios, y
el de aquellos que no lo toman en cuenta, o peor aún, de los que actúan en
contra de Él.
En esta maravillosa porción de la Escritura,
se nos muestra como la base de nuestra vida cristiana el conocimiento de la
Palabra de Dios, y la felicidad del hombre que con todo su corazón ajusta su
vida según lo que encuentra en la Palabra. En los versículos de hoy vemos
algo de su carácter, su influencia, su conducta y su destino, y podemos agregar
que nos describe el perfil de dos clases de hombres: los que temen a Jehová y
los que viven como si Dios no existiera.
En el primer
versículo del Salmo 1 se nos muestra tres tipos de desobedientes: “los malos”,
es decir los que no toman en cuenta a Dios, pero que no están entregados
totalmente al mal. “Los pecadores” son los hombres que no hacen cosas buenas,
sino malas. Los malos están sin Dios; pero los pecadores añaden malas acciones
o transgresiones abiertas, como los vicios y los malos hábitos de vida. Los
“escarnecedores” por su parte son los que se burlan de las cosas de Dios;
disfrutan al intentar desviar de su camino a los que tienen fe, utilizando
argumentos falsos y mentirosos, y quieren hacer aparecer al pecado como algo
atractivo.
También en el
versículo 1 se nos muestra tres grados de conducta mala: “el malo”, el que
aconseja a otros a que anden como él anda; es el que no se preocupa y se
considera libre de las prohibiciones que le imponen las Escrituras. “El
pecador” es el que no cumple con las leyes divinas: se emborracha, roba,
miente, asesina y persiste en su error. “El escarnecedor” se siente feliz con
los que se burlan de Dios y de su Ley, y muchas veces es el que incita y
entrena a otros para que hagan el mal.
En el versículo
2, por oposición, se resalta la conducta del hombre que busca al Señor,
beneficiándose de lo que le enseña la Palabra. Es el creyente que pone mucho
interés en las enseñanzas de Dios y se goza en sus preceptos. Su delicia
está en el estudio de la Ley del Todopoderoso, que ha llegado a ser la
regla de su vida. Abre su Biblia para encontrarse con su Amigo más de cerca y
para aprender algo más de Él. Tiene íntima comunión con el autor de la Biblia y
medita en lo que lee en cada momento, día y noche.
Para terminar,
podemos resumir la enseñanza de los primeros versículos de los Salmos
reiterando la Escritura: “Bienaventurado, feliz el hombre que no anduvo en consejos de los
malos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella”.
Este es
el hombre y la mujer que tú debes aspirar a ser; ¡hoy te animo a que tomes esta
enseñanza y la apliques a tu vida, y verás cambios poderosos que sólo Dios
puede lograr!
Oración:
Señor Jesús, hoy te agradecemos por mostrarnos que
tu maravillosa Palabra nos conduce por el camino de la vida y del bien, y que
encontramos en ella nuestra delicia, que es nuestra voluntad y anhelo de
obedecer, por amor a tu Nombre. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo