"…
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio”
(2ª. Timoteo 1:7)
Dios
nos da un espíritu de poder para concluir la misión que nos encomendó llevar a cabo |
El
versículo de hoy enseña que Dios nos ha dado un espíritu de dominio propio o,
en otras palabras, de autocontrol. Significa que no debiéramos actuar de manera
irreflexiva, precipitada o insensata, no importa cuán adversas sean las
circunstancias. Los cristianos debemos mantener un criterio equilibrado y actuar
con prudencia.
En
su segunda carta a Timoteo, y ya afrontando la posibilidad de morir a manos de
sus perseguidores, Pablo se toma tiempo para recordar a su discípulo que Dios
no nos ha dado espíritu de cobardía. Esta afirmación implica que, en tiempos
críticos para la fe cristiana, no puede haber lugar para la timidez o la
cobardía, y que Dios nos da un espíritu de poder para concluir la misión que El
nos encomendó llevar a cabo.
Ese
poder que tenemos a nuestra disposición y que viene de Dios es un poder sin
límites. Por medio de la capacitación del Espíritu Santo, hasta el creyente más
temeroso puede servir con valor, soportar las pruebas con paciencia, sufrir con
triunfo y, si fuere necesario (como ocurrió en el caso de Pablo) morir con
gloria. El libro de los Hechos de los apóstoles está lleno de ejemplos
valerosos que confirman esta verdad.
Pero
Dios nos ha dado también espíritu de amor. Y este amor, que actúa con un doble
propósito, es primeramente amor para con Dios, que echa fuera el temor y nos
hace dispuestos a entregarnos por Cristo; y amor para con nuestros semejantes,
que nos dispone a soportar toda clase de persecuciones y a pagar el mal con
bien.
Finalmente,
Dios nos ha dado un espíritu de dominio propio, que significa el control de sí
mismo. El dominio propio está incluido en la salvación que tenemos en Cristo,
puesto que es el resultado de la santificación práctica de que nos ha dotado la
gracia divina. Es una virtud necesaria que, junto con los demás frutos que
produce en nuestro ser el Espíritu Santo, nos conducirá fuera de la oscuridad
de la insensatez y de los caminos torcidos, hacia los senderos de luz y de paz
celestial.
Hoy
debemos dar lugar a este poder de Dios para que comience a obrar en nuestra
vida y a enderezar nuestros pasos hacia el destino de gloria que aguarda a todo
cristiano que ama verdaderamente a Cristo. ¡Comienza hoy a vivir el
proceso de transformación que el Señor quiere para ti, y verás obrar en tu vida
la mano poderosa del Dios de todos los siglos!
Oración:
Hoy te agradecemos
Señor por habernos liberado del pecado, por la seguridad de tu perdón y por el
privilegio de recibir el poder que nos da tu Santo Espíritu, que nos permite
declarar como dice la Escritura: "Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece" (Filipenses 4:13). Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo