miércoles, 19 de diciembre de 2012

Carácter equilibrado


"… no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
(2ª. Timoteo 1:7)
Dios nos da un espíritu de poder para concluir
la misión que nos encomendó llevar a cabo

El versículo de hoy enseña que Dios nos ha dado un espíritu de dominio propio o, en otras palabras, de autocontrol. Significa que no debiéramos actuar de manera irreflexiva, precipitada o insensata, no importa cuán adversas sean las circunstancias. Los cristianos debemos mantener un criterio equilibrado y actuar con prudencia.

En su segunda carta a Timoteo, y ya afrontando la posibilidad de morir a manos de sus perseguidores, Pablo se toma tiempo para recordar a su discípulo que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía. Esta afirmación implica que, en tiempos críticos para la fe cristiana, no puede haber lugar para la timidez o la cobardía, y que Dios nos da un espíritu de poder para concluir la misión que El nos encomendó llevar a cabo.

Ese poder que tenemos a nuestra disposición y que viene de Dios es un poder sin límites. Por medio de la capacitación del Espíritu Santo, hasta el creyente más temeroso puede servir con valor, soportar las pruebas con paciencia, sufrir con triunfo y, si fuere necesario (como ocurrió en el caso de Pablo) morir con gloria. El libro de los Hechos de los apóstoles está lleno de ejemplos valerosos que confirman esta verdad.

Pero Dios nos ha dado también espíritu de amor. Y este amor, que actúa con un doble propósito, es primeramente amor para con Dios, que echa fuera el temor y nos hace dispuestos a entregarnos por Cristo; y amor para con nuestros semejantes, que nos dispone a soportar toda clase de persecuciones y a pagar el mal con bien.

Finalmente, Dios nos ha dado un espíritu de dominio propio, que significa el control de sí mismo. El dominio propio está incluido en la salvación que tenemos en Cristo, puesto que es el resultado de la santificación práctica de que nos ha dotado la gracia divina. Es una virtud necesaria que, junto con los demás frutos que produce en nuestro ser el Espíritu Santo, nos conducirá fuera de la oscuridad de la insensatez y de los caminos torcidos, hacia los senderos de luz y de paz celestial.

Hoy debemos dar lugar a este poder de Dios para que comience a obrar en nuestra vida y a enderezar nuestros pasos hacia el destino de gloria que aguarda a todo cristiano que ama verdaderamente a Cristo. ¡Comienza hoy a vivir el proceso de transformación que el Señor quiere para ti, y verás obrar en tu vida la mano poderosa del Dios de todos los siglos!

Oración

Hoy te agradecemos Señor por habernos liberado del pecado, por la seguridad de tu perdón y por el privilegio de recibir el poder que nos da tu Santo Espíritu, que nos permite declarar como dice la Escritura: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). Amén. 

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo