“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre”
(Génesis 13:14-15)
Abraham atravesó
por experiencias desalentadoras en su vida,
pero no permitió que eso afectara negativamente su
futuro
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Dios compensa
abundantemente con paz espiritual aquello que perdemos por conservar la paz con
el prójimo. En el caso de Abraham, Dios le aseguró dos cosas: una buena tierra
y una descendencia numerosa para disfrutarla. Ten en cuenta que las
perspectivas vistas por la fe son más abundantes y bellas que aquellas lo que
vemos a nuestro alrededor con nuestros ojos físicos.
En cierta
oportunidad, se produjo una contienda entre los pastores del ganado de Abram y
los pastores que cuidaban los animales de Lot, por lo que Abram pidió a su
sobrino que se separasen y que ocupasen tierras distintas. Es así como Lot
eligió para sí todo el valle del Jordán y se desplazó hacia el oriente; a
partir de ese momento, ambos quedaron separados.
Abraham conocía
los peligros de vivir en contienda, por lo que le dijo a Lot que necesitaban
separarse. Para mantener una relación en paz, y para asegurar que no habría más
roces entre ellos en el futuro, Abraham permitió que su sobrino escogiese
primero cuál valle quería para si. Lot escogió el mejor, el valle del Jordán, y
se separaron. Debemos recordar que Lot nada tenía hasta que Abraham lo bendijo;
piensa
entonces que Abraham pudo haber tenido otra actitud, más egoísta, pero sabía
que si él actuaba como era debido, Dios cuidaría de él.
En el pasaje
bíblico de hoy vemos claramente que, aunque Abraham se encontraba en una
situación menos deseable después de su separación de su sobrino, Dios quería que él
“alzara sus ojos” hacia el lugar donde Él deseaba llevarlo. Abraham tuvo una
actitud de desprendimiento hacia Lot, buscando siempre una relación de paz, y
como resultado las bendiciones de Dios descendieron sobre él.
Dios le dio todavía más posesiones de las que disfrutaba antes de la
separación, y lo bendijo poderosamente en todas las cosas. Y hoy te animo a dar
una mirada positiva a las posibilidades del futuro, cuidando tu relación con
Dios en primer lugar, y a empezar a “llamar a las cosas que no son como si fueran”
(Romanos 4:17).
Oración:
Hoy deseamos aprender a pensar y a hablar de nuestro futuro de un modo positivo, de acuerdo con lo que Dios ha puesto por fe en nuestro corazón, y no según lo que hemos visto en el pasado o estamos viviendo hoy. Deseamos aprender a mirar y a caminar por fe; en el nombre de Jesús, amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo