jueves, 27 de diciembre de 2012

La provisión de Dios



“Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite”

 (2ª Reyes 4:5-7)

Si tuviéramos suficiente fe en las promesas bíblicas,
la provisión de Dios siempre llenaría nuestras vasijas vacías


Hoy  quiero  contarte  una  historia  de  la  Biblia  sobre  una  mujer  que  había  sido  esposa  de  un profeta, pero éste  había  muerto y la familia había quedado desprotegida, sin nadie que trabajara para procurar su sustento.


El versículo de hoy nos enseña claramente que Dios magnifica su bondad con su poder. El Señor, por medio del profeta Eliseo, puso a la viuda en la senda para pagar su deuda, y mantenerse ella y su familia. Esto fue hecho a través de un milagro, pero el acontecimiento sirvió también para mostrar cuál es el mejor método para ayudar a los que están afligidos: ayudarles a mejorar lo poco que tienen con su propia laboriosidad. Nota entonces que el aceite, enviado por milagro, siguió fluyendo mientras ella tuvo vasijas vacías en qué recibirlo. Esto debe enseñarnos que nosotros nunca estamos estrechos en Dios o en las riquezas de Su gracia; toda nuestra estrechez está en nosotros mismos.


Lo que falla es nuestra fe, no las promesas de Dios. Él da más de lo que pedimos: si hubiera más vasijas hay suficiente provisión en Dios para llenarlas; suficiente para todo, suficiente para cada uno. Para cuando finalmente  llegaron  los  acreedores  a  llevarse  a  sus  dos   hijos  como  esclavos  en  pago  de  las  deudas contraídas, encontraron que la situación de la mujer viuda había cambiado milagrosamente. El relato bíblico nos dice que Eliseo le pidió a la viuda que se  encerrara con sus hijos en su casa, y algo maravilloso  ocurrió  en  la  habitación donde se encontraban:  las  vasijas  comenzaron a  llenarse  de  aceite,  y   con  ese  aceite la mujer  pagó  la  deuda  que  tenía  y  le  sobró  para procurarse su  sustento y el de sus hijos.  Así  es como el  Señor quiere obrar  en  tu  vida, y es Su voluntad que creas que  aunque  hoy  tengas  poco,  Él  te  proveerá  abundantemente.


 Oración:


Señor Jesús, en este día sé que a pesar de que yo tenga poco, poniendo mi confianza en ti, Tú me colmarás de bendiciones y prosperidad. Lo declaro en tu maravilloso nombre, amén. 

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo