miércoles, 21 de noviembre de 2012

Vida verdadera



“Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”

(1a. Juan 5:11-12)

Debemos apresurarnos a tomar el don que Dios nos da:
su eterna salvación. Mañana puede ser demasiado tarde

Al final de un culto, un joven se acercó al pastor y le dijo: “Usted tiene razón cuando dice que debo arrepentirme y convertirme a Jesucristo… pero no lo haré por ahora. Todavía quiero vivir un poco más de la vida”. El predicador le respondió: “¿Sólo quieres vivir un poco más de la vida? ¡Pero muchacho, qué falta de ambición! ¡Si hoy te acercas a Jesús tendrás la vida eterna!”

Quizás tú amigo lector, al igual que el joven del relato, eres aún inconverso y padeces la consecuencia de tus pecados; tal vez te encuentras como él en la necesidad del arrepentimiento y aceptar el perdón de Dios, pero temes que tal decisión te lleve a vivir una vida aburrida, triste y sin gozo. Pues bien, si piensas así no estás en lo cierto, o más bien, el adversario de Dios trata de impedirte, por medio de esos pensamientos, que acudas a Jesús. El engañador intenta retenerte aturdiéndote con placeres pasajeros que frecuentemente tienen un sabor amargo; pero mientras tanto, entre aventuras y desilusiones, el tiempo pasa…

Hoy te sugiero que hagas un alto, que escuches la voz de tu conciencia y la advertencia de Aquel que te dice: “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36). Tú debes saber que ante Dios, estás muerto en tus “delitos y pecados” (lee Efesios 2:1). Cree hoy en Jesús, acepta sin tardar la vida eterna, que es un don gratuito de Dios. Entonces podrás aprovechar “las abundantes riquezas de su gracia” y andar “en vida nueva” (Romanos 6:4), utilizando convenientemente tu tiempo.

Oración: 

Amado Señor Jesús, hoy elevamos una ferviente oración por todos aquellos que van a convertirse en parte del gran pueblo de Dios, para que te acepten sin perder tiempo y hereden la vida eterna. Amén. 

¡Te bendigo! Pastor antonio Trejo