viernes, 16 de noviembre de 2012

Un desafío de fe


 “No es difícil para el Señor salvar con muchos o con pocos”

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera ,la convicción de lo que no se ve”
(1a. Samuel 14:6 - Hebreos 11:1)
▲ La fe es una convicción interior muy fuerte que viene de Dios,
que permite ver lo invisible y dar la visión de la meta que se debe alcanzar

Contemplemos en nuestra mente esta escena: Jonatán, el hijo del rey Saúl, y su escudero, se preparan para tomar por sorpresa un puesto de observación del enemigo, ubicado en la cima de una montaña rocosa. Mientras tanto el pueblo de Israel estaba acampando en la llanura, desmoralizado por los incesantes ataques de los filisteos (lee 1ª. Samuel 14).

Dos jóvenes contra un ejército bien organizado; cualquiera podría pensar que se trataba de un desafío insensato, algo muy pretencioso propio de la juventud. La derrota y la muerte llegarían inevitablemente. Sin embargo, ellos pensaron: quizás haga Dios algo por nosotros, pues no le es difícil “salvar con muchos o con pocos”. Esto era tomarle a Dios la palabra; era el desafío de la fe. Luego treparon por las rocas con mucho esfuerzo, pero su llegada provocó espanto y temor de Dios entre los enemigos.


¿Qué es, pues, la fe? Es creer, pero no sólo creer en Dios, en su existencia, sino además apoyarse en Sus promesas divinas y aceptar como verdadero lo que Él dice en su Palabra revelada. Es una convicción interior, muy fuerte, producida por el Espíritu de Dios, que permite ver lo invisible y da la visión de la meta que se debe alcanzar. 

La fe también puede considerarse como la confianza, no en las propias fuerzas, sino en un Dios fiel, conocido, amado, que no desilusiona, el cual ha dado a la humanidad muestras claras de su poder y su amor. Si podemos ser capaces de creer en las promesas del Padre, como lo hizo el hijo de Saúl, nuestras vidas pueden cambiar de una manera muy notable al poner en marcha la fe, esa arma poderosa que nos fue enseñada por el Señor Jesús.

Oración

Hoy queremos abrir nuestro corazón a la fe que es en Cristo Jesús, para tener el privilegio de contemplar la gloria de Dios y ser testigos de cosas maravillosas que ocurrirán en nuestras vidas. Amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo