miércoles, 14 de noviembre de 2012

La razón de nuestra esperanza


"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" 
(Juan 11:25-26)
“Yo soy la resurrección y la vida”

Lázaro, un amigo de Jesús, estaba gravemente enfermo. Sus dos hermanas, Marta y María, llamaron a Jesús, pero el Maestro no fue pronto y Lázaro murió. Cuando al fin Marta se enteró de que Él se acercaba a su aldea, fue a su encuentro y le dijo, quizá con un cierto tono de reproche: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21). Pero Jesús le respondió: “Tu hermano resucitará”, y agregó: “Yo soy la resurrección y la vida” (v. 25).

Como la mayoría de los creyentes de esa época, Marta tenía una idea muy vaga del más allá. Creía en una resurrección general al fin de los tiempos. No se daba cuenta que tenía ante sí a Aquel que es en sí mismo la resurrección y la vida, y que iba a demostrarlo. En efecto, qué autoridad en la voz de Jesús cuando clama: “¡Lázaro, ven fuera!” (v. 43). ¡Y el muerto salió vivo de la tumba! Así el Señor demostró que Él es el vencedor de la muerte.


Sólo Dios posee la vida y la inmortalidad (lee 1 Timoteo 6:16). El Señor Jesús puede dar la vida porque es Dios y posee la vida en Sí mismo. La muerte debe huir ante él, porque la venció en la cruz. Nuestro Salvador soportó sobre el madero el juicio que merecían nuestros pecados, para que la justicia de Dios fuera satisfecha. Él entró voluntariamente en la muerte y salió vivo de ella como hombre resucitado. Desde entonces comunica esta vida a los que le reciben por la fe; vida eterna de naturaleza divina (2 Pedro 1:4); una nueva vida que nos coloca ante Dios, como hijos amados.

Oración:

En este día declaramos con toda certeza que Cristo vive, que da vida eterna por medio de la fe en Él y que reinará por siempre, conforme lo expresa Su maravillosa palabra. ¡Llevemos a todas las personas esta Nueva Noticia para que puedan también ellos compartir nuestro gozo!

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo