“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6:33)
Entre las páginas de la Biblia, se encuentra el rayo de luz que despeja nuestras desesperanzas |
Una mujer, conversando con la vecina, le decía
que al comienzo de su matrimonio, su esposo acostumbraba a sacar el dinero que
ella separaba para los gastos domésticos. “Pero ahora”, dijo ella, “yo
lo tengo bien escondido, y ya hace diecisiete años que él no lo encuentra más”.
“¿Y dónde esconde usted la plata?” preguntó la vecina. “La escondo
en una Biblia que tenemos en el aparador”, respondió la mujer.
El esposo de la mujer del relato no encontraba el
dinero porque nunca leía la
Biblia , porque de haberlo hecho se hubiera dado cuenta de que
la plata estaba allí. Y la reflexión que podemos hacer hoy es: ¿no será que
algunos de nosotros también actuamos como aquel esposo? ¿No será que algunos
han olvidado la Palabra
de Dios y han perdido el tiempo en cosas que no edifican? ¿No será que algunos
cristianos han colocado a Dios en segundo lugar… o en el último?
Hay muchos cristianos que se quejan por no ver
las bendiciones del Señor en sus vidas. Ven que otros son felices y ellos no.
Observan que otros participan activamente de la obra de Dios y ellos están
siempre alejados de las actividades de la iglesia. Ven que muchos hermanos y
hermanas crecen, mientras que ellos siguen raquíticos, espiritualmente
hablando.
¿Cuál será la razón? ¿Será que Dios tiene
preferencias por algunas personas e ignora a otras? ¿No será el motivo la
total indiferencia que se le da a Dios y a su Palabra? La esposa
escondía el dinero del esposo en la
Biblia. ¿No estará también, escondido en la Biblia , lo mejor de nuestra
dicha? ¿No estará escondida en la
Biblia la medicina para nuestra depresión? ¿No estará
escondido en la Biblia ,
el rayo de luz que despeje la oscuridad de nuestras desesperanzas? ¿No estará
escondida en la Biblia ,
nuestra salvación y el camino para una eternidad con Dios?
Hoy más que nunca, en un mundo que le da la
espalda a su Creador, debemos acercarnos a la Palabra y, por medio de
ella, a nuestro Salvador Jesucristo; Él enderezará nuestros caminos y sanará
nuestra vida, si tan sólo le damos el primer lugar en nuestro corazón.
Oración:
Amado Padre, en este día oramos para que todos
los días de nuestra vida nos lleves al conocimiento de tu voluntad revelado en
las Escrituras; que tu bendita y poderosa Palabra sea la fuente en la que
bebamos todos los días del agua refrescante de tu Espíritu. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo