martes, 13 de noviembre de 2012

Al alcance de tu mano


“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6:33)
Entre las páginas de la Biblia, se encuentra el rayo de luz
que despeja nuestras desesperanzas

Una mujer, conversando con la vecina, le decía que al comienzo de su matrimonio, su esposo acostumbraba a sacar el dinero que ella separaba para los gastos domésticos. “Pero ahora”, dijo ella, “yo lo tengo bien escondido, y ya hace diecisiete años que él no lo encuentra más”. “¿Y dónde esconde usted la plata?” preguntó la vecina. “La escondo en una Biblia que tenemos en el aparador”, respondió la mujer.

El esposo de la mujer del relato no encontraba el dinero porque nunca leía la Biblia, porque de haberlo hecho se hubiera dado cuenta de que la plata estaba allí. Y la reflexión que podemos hacer hoy es: ¿no será que algunos de nosotros también actuamos como aquel esposo? ¿No será que algunos han olvidado la Palabra de Dios y han perdido el tiempo en cosas que no edifican? ¿No será que algunos cristianos han colocado a Dios en segundo lugar… o en el último?


Hay muchos cristianos que se quejan por no ver las bendiciones del Señor en sus vidas. Ven que otros son felices y ellos no. Observan que otros participan activamente de la obra de Dios y ellos están siempre alejados de las actividades de la iglesia. Ven que muchos hermanos y hermanas crecen, mientras que ellos siguen raquíticos, espiritualmente hablando.

¿Cuál será la razón? ¿Será que Dios tiene preferencias por algunas personas e ignora a otras? ¿No será el motivo la total indiferencia que se le da a Dios y a su Palabra? La esposa escondía el dinero del esposo en la Biblia. ¿No estará también, escondido en la Biblia, lo mejor de nuestra dicha? ¿No estará escondida en la Biblia la medicina para nuestra depresión? ¿No estará escondido en la Biblia, el rayo de luz que despeje la oscuridad de nuestras desesperanzas? ¿No estará escondida en la Biblia, nuestra salvación y el camino para una eternidad con Dios?

Hoy más que nunca, en un mundo que le da la espalda a su Creador, debemos acercarnos a la Palabra y, por medio de ella, a nuestro Salvador Jesucristo; Él enderezará nuestros caminos y sanará nuestra vida, si tan sólo le damos el primer lugar en nuestro corazón.

Oración:

Amado Padre, en este día oramos para que todos los días de nuestra vida nos lleves al conocimiento de tu voluntad revelado en las Escrituras; que tu bendita y poderosa Palabra sea la fuente en la que bebamos todos los días del agua refrescante de tu Espíritu. Amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo