domingo, 11 de noviembre de 2012

Madurando en las decisiones


“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”
(Salmos 119:105)
▲ La Palabra es una luz radiante que aclara nuestro
camino para que podamos recorrerlo sin tropezar

Muchos cristianos se toman demasiado tiempo en tomar decisiones obvias que la Palabra de Dios respalda. Pareciera que esperan hasta el último minuto para ver si aparece alguien que les indique lo contrario, o que les diga lo que quisieran escuchar y no lo que tienen que hacer.

Hay momentos en la vida del cristiano en los que sabe lo que tiene que hacer, y qué decisión tomar, pero no lo quiere llevar a cabo porque quiere una confirmación o espera que las circunstancias cambien. Debemos admitir que existen decisiones que son difíciles de adoptar, porque a nuestra naturaleza humana le cuesta adaptarse a los designios divinos. ¿Cuántos creyentes no le han pedido al Señor una confirmación más antes de hacer esto o aquello, aun sabiendo lo que tenían que hacer?


Al leer la Palabra de Dios, nos damos cuenta que ella es una lumbrera, es decir una luz que siempre aclara nuestro camino. Esa luz clarifica nuestro caminar y nos permite ver realmente el terreno que vamos pisando, y cómo o de qué forma lo podemos recorrer sin tropezar. Ocurre que nuestra humanidad no se quiere doblegar a lo que realmente Dios nos manda a través de su Palabra, y se requiere de cierta madurez espiritual para poder discernir y avanzar con decisión por la senda que Dios nos ha trazado.

Aunque al comienzo nos resulte difícil de asumir, comprendamos que lo que Dios quiere para nosotros seguramente es mucho que mejor de lo que pudiéramos haber planificado por nuestra cuenta. El sabe qué es lo mejor para nuestra vida, aun cuando nos parezca ilógico o difícil de asimilar. Pidámosle entonces al Señor que nos dé el crecimiento espiritual necesario para aceptar Su voluntad y poder crecer en comunión con Él, sin más dudas y sin más tardanzas.

Oración

Señor Jesús, este día hemos comprendido que Tú tienes el control total de nuestra existencia, de cada cosa en nuestra vida, cada tiempo y cada experiencia; y que esperas ver cumplida Tu voluntad en nosotros, para poder fortalecernos y amoldarnos conforme a tu imagen. Te lo agradecemos en tu Nombre, amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo