domingo, 18 de noviembre de 2012

La buena semilla (I)


“Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos. Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón”
 (Proverbios 7:1-3, Biblia NVI)
▲ La lectura y comprensión de las Escrituras tienen que convertirse
en una disciplina que debiera enseñarse desde temprana edad

Uno de los principales objetivos de la Escritura es la transformación de nuestro ser en una nueva criatura, lo cual no será posible mientras nuestras biblias reposen en un estante, con sus tapas llenas de polvo. Es necesario que todos los días tengamos un encuentro con el Señor en Su Palabra y que la estudiemos diligentemente.

En el pueblo cristiano nunca se dejará de resaltar la importancia de estudiar y comprender la Biblia. La lectura y comprensión de las Escrituras deben convertirse en una disciplina que debemos mantener toda nuestra vida; cada cristiano, en realidad, debiera aspirar a convertirse en un “experto” de la Palabra. Y no sólo por el conocimiento y la sabiduría que ésta encierra, sino además para conocer todas las bendiciones de la Palabra de Dios que están disponibles para nosotros.


Al leer o estudiar la Palabra, encontraremos versículos clave que tendrán un impacto especial en nuestras vidas. Debemos entonces memorizar estas porciones de las Escrituras para que nos recuerden constantemente lo que hemos aprendido y cómo debemos vivir. La aplicación práctica de la Palabra de Dios es primordial si queremos ver en nuestra vida el fruto abundante de nuestra lectura y estudio de la Biblia.

La Palabra nos enseña además que no se puede ser un discípulo del Señor Jesús si no nos alimentamos con regularidad de la Palabra de Dios; de allí la enorme importancia de conocer a fondo las Escrituras. En una ocasión, el Maestro les dijo a sus seguidores: «Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». (Juan 8:31-32). Mañana continuaremos tratando este tema de vital trascendencia para todo cristiano.

Oración:

Hoy nos proponemos con toda diligencia a profundizar en la Palabra de Dios, para descubrir la verdad eterna de Su voluntad para con nosotros, para comprender su importancia y para llevarla a la  aplicación personal de nuestro diario vivir. En tu nombre Señor Jesús, amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo