domingo, 25 de noviembre de 2012

Pelea tus batallas



 “… y reunieron a toda la congregación en el día primero del mes segundo, y fueron agrupados por familias, según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, de veinte años arriba. Como Jehová lo había mandado a Moisés, los contó en el desierto de Sinaí”

(Números 1:18-19)
▲Si el Señor está a tu lado, nunca permitirá que seas
 abrumado y vencido por las dificultades

Jehová había mandado a Moisés a censar a todo el pueblo de Israel que había salido de Egipto, para contar a aquellos hombres que estaban en condiciones de salir a la guerra. Hacía poco más de un año que el pueblo de Israel había salido de Egipto y se encontraba en las faldas del monte Sinaí. Ahora Dios ordena a Moisés que cuente a todos los hombres mayores de veinte años que estaban aptos para la guerra. En este momento de la historia de Israel, el Señor los estaba llamando a una vocación a la que también nosotros somos llamados: a luchar.


La vida cristiana no es una vida cómoda en el sentido de ir a la iglesia un domingo y luego a un estudio el martes; es una vida de conflicto interior continuo y constante, espiritualmente hablando. El cristiano es una persona que ha pasado de la muerte a la vida, que se ha quitado la camiseta del mundo y ahora pertenece a otro equipo, el de Dios. Y ahora está en conflicto con el equipo al que antes pertenecía, el del mundo, y por eso puede encontrarse con mucha hostilidad, mucha burla, mucha persecución, mucha falta de comprensión y de entendimiento de parte de personas que no participan del Espíritu Santo ni de la vida que Dios ha traído a cada uno de sus hijos.

Pero como cristiano tienes que saber que, al margen de todos los sinsabores, el Señor nunca permitirá que seas abrumado y vencido por las dificultades. Uno de los nombres atribuidos a Dios es el de “Jehová de los Ejércitos”, como lo descubrirían los israelitas, un pueblo no preparado para la guerra pero que guiado por el General de generales, triunfó en batallas donde otros ejércitos hubieran sido exterminados. Y hoy Dios desea que te sacudas el conformismo diario y vayas a la guerra, confiado en la absoluta preeminencia del amor de Dios, para que seas victorioso y las bendiciones colmen tu vida y alcancen a los que estén a tu alrededor.

Oración: 

¡Amado Señor Jesús, hoy quiero ser contado entre los que salen a la guerra todos los días, pertrechados con las armas del Espíritu, para ganarle a todas las adversidades que atacan mi vida y la de mis seres queridos, para tu gloria Señor! Amén. 

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo