“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley”
(Salmo 119:18)
▲ Entre las líneas de tu Biblia se encuentran los inagotables
tesoros de la sabiduría y el amor de Dios
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Para que
las Escrituras nos revelen sus tesoros, es necesario que nuestra voluntad esté
dispuesta a que el Espíritu Santo abra nuestros ojos espirituales.Estudiosos en las diversas ramas de las
ciencias humanas han tratado el tema del contenido de la Biblia. Según su
formación y sus intereses, han llegado a conclusiones bastante distintas. Para
algunos, se trata del fundamento de una religión que nació con el pueblo judío
y que siglos después se propagó por medio de los seguidores de Jesús y sus
apóstoles.
Para los incrédulos, se trata de un invento de
la mente humana (a pesar de la advertencia del apóstol Pedro, en el sentido de
que “nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” -2ª.
Pe. 1:21-). ¡Los más audaces llegan incluso a afirmar que el hombre “creó”
a Dios y no a la inversa!
En contraste, para los verdaderos creyentes,
para todos aquellos que le deben sus vidas y su gozo al Evangelio, cada palabra
de las Escrituras refleja la mente de Dios hablando al corazón humano; es
el amor del Padre en acción mostrando a quien abra su corazón, el único camino
hacia una vida de verdadera felicidad.
Su mensaje esencial se centra en Jesucristo,
Dios hecho hombre, a fin de revelar su amor y salvarnos. Después de haber
contemplado el poder de Dios por medio de su Creación, el hombre es invitado a
abrir los “ojos” de su corazón al amor divino: las Buenas Nuevas (el Evangelio)
de la gracia del Señor, que ofrece gratuitamente la salvación a una humanidad
que se debate entre el pecado y la incredulidad.
Para el pueblo cristiano, nunca será suficiente
el agradecer con profunda alabanza a nuestro Creador por habernos provisto de
su maravillosa Palabra. Por esta razón te animo en este día, a ti que lees este devocional, a
buscar con diligencia entre las líneas de tu Biblia, los inagotables tesoros de
la sabiduría y el amor de Dios. ¡Te aseguro que ninguna otra lectura te
producirá mayor satisfacción y provecho!
Oración:
En este día, oremos para que Dios abra nuestros
ojos espirituales para contemplar las maravillas de su Salvación, y nuestros
corazones para descubrir los tesoros contenidos en su Palabra perfecta. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo