“Aunque (Jesús)
fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios”
“Cristo resucitó
de los muertos por la gloria del Padre”
(2ª Corintios 13:4 – Romanos 6:4)
▲ La limitada visión de
la incredulidad sólo acepta
la realidad regida por
leyes físicas y naturales
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Cuando un cristiano le habla a un incrédulo sobre la vida eterna, a menudo se escucha este argumento: “¡Yo sólo creo en lo que veo!”. Pero esta postura de incredulidad no es exclusiva de los tiempos que corren. En los tiempos de Jesús, algunas personas negaban la resurrección e incluso tenían dudas acerca de la existencia del mundo espiritual. ¿Cómo les contestó el Señor? Citando el testimonio de las Escrituras y mostrándoles el poder ilimitado de Dios. También explicó que en la vida después de la muerte, hay un gran abismo entre los salvados y los perdidos, por lo que es imposible pasar de un lado al otro, y desde allí tampoco se puede prevenir a los que todavía están en la tierra (lee Lucas 16:26-31).
Sólo el testimonio de las Sagradas Escrituras puede instruirnos acerca de esa realidad espiritual que no podemos percibir con los ojos físicos. Creer en la Palabra de Dios nos coloca, por medio de la obra salvadora de Cristo, del lado de los salvados. Pero el que se niega a creer, se queda sumergido en incertidumbres y tristezas. Su limitada visión de las cosas le muestra que supuestamente no existe más vida que la que se encuentra regida por leyes físicas y naturales, con todas sus cargas de fatalidad, de aflicciones y de maldad. Por el contrario, si tú le crees a Dios, disfrutas de paz y esperanza en una vida eterna por medio de la Palabra.
Si tú todavía tienes dudas, debes entender que el razonamiento por sí solo no te convencerá de la existencia de la Resurrección, porque es una cuestión de fe. Y a esa fe tampoco la puedes fabricar, porque la da Dios, y lo hace por medio de su Palabra. Si estás teniendo una crisis de fe o nunca creíste de verdad que Cristo vive hoy, tienes que comenzar primero por reconocer tus límites, aceptar escuchar a Dios y dejar humildemente que El te guíe por medio de su Santo Espíritu por el camino que lleva a la fe en lo eterno.
Oración:
Amado Señor Jesús, hoy te ruego por aquellas personas
que no tienen fe, o que habiéndola conocido se sienten hoy débiles en espíritu,
para que sean fortalecidas interiormente y sus ojos espirituales sean abiertos,
y caminen desde ahora en el pleno convencimiento de tu Resurrección. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo