“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento
vuestro corazón”
(Salmo 31:24)
▲ En la prueba pídele al Señor que aumente
tu fe, y Él te sustentará con su
Presencia
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En lugar de rendirnos a la impaciencia o al desaliento, el salmista nos
exhorta hoy a darle ánimo y valor a nuestro corazón en los momentos de
adversidad. En el pasaje de nuestro devocional de hoy, el salmista nos está
enseñando a los que esperamos en Dios a no desfallecer, sino por el contrario
infundir ánimo en nuestros corazones. Nos revela que en los momentos de
profunda aflicción, los creyentes podemos esperar la contención y el amparo de
la presencia de Dios. Y no es una expectativa ciega la que llena el alma
del que espera en el Señor, sino una esperanza firme que sólo la puede dar el
sustento de Dios por medio de la fe.
Todo el salmo 31 es en realidad una oración profundamente personal que
expresa angustia y lamento a causa de los enemigos (vs. 4, 8), la enfermedad
(vs. 9-10) y el abandono de los amigos (vs.11-13). Es útil recordar que
Jeremías empleó una frase de este salmo (el versículo 13) para expresar su
dolor y temor (lee Jer. 6:25; 20:10); y también Jesús citó las palabras de
apertura del versículo 5, mientras estaba en la cruz (lee Lucas 23:46). El
salmo 31 expresa el sincero clamor de todos los cristianos que sufren aflicción
por causa de la enfermedad, por la opresión del mundo o de los enemigos de la
justicia.
Yo te animo a que leas completo el salmo 31 que hemos citado, y te aliento
también a darle ánimo a tu alma porque el Señor está a tu lado. Hay personas
que se han dejado vencer por los problemas y su carga las ha arrastrado a la
desesperación, las ha desanimado. Pero la Palabra dice que los que
confían en el Señor serán como el monte de Sión, que no se mueve sino que
permanece para siempre; ¡hoy te animo a que te aferres de esta promesa y le
opongas a la adversidad el escudo de la esperanza!
Oración: Señor Jesús,
perdona nuestras quejas y nuestros temores; aumenta nuestra fe, paciencia, amor
y gratitud hacia Ti, y enséñanos a regocijarnos tanto en la esperanza como en
la prueba. Danos aliento para continuar en la lucha, y para tener la certeza de
que tu Presencia nos sustentará todos los días, amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo