martes, 16 de octubre de 2012

El poder de la Gracia



“Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”

(Romanos 5:20-21)
▲ La gracia borra los pecados y ofrece el perdón a todo aquel
que cree en Jesucristo y confiesa sus transgresiones

Nadie pone en duda que, desde que el hombre existe, el poder y los efectos del mal se ven por todas partes y en todas las etapas de la historia humana. Dios llama pecado a esa maldad. La violencia y la corrupción son una prueba evidente de de lo que estamos hablando. Pero de manera poderosa, Dios respondió al desafío del pecado: envió a su hijo Jesús, el cual vino a traernos la gracia y la verdad.

Las bendiciones que trajo el triunfo de la gracia sobrepasan las terribles consecuencias del pecado:
– El pecado corrompe todo y conduce a la muerte, pero la gracia de Dios aparta del mal y da vida.
– Cada ser humano merece el juicio de Dios, pero la gracia borra los pecados y ofrece el perdón y declara justo a todo aquel que cree en Jesucristo y confiesa sus pecados.
– La consecuencia del pecado es la muerte, pero aquel que cree recibe gratuitamente la vida eterna (lee Romanos 6:23).

Cuando el tiempo de la gracia se acabe, Dios mostrará su justicia al juzgar a todos los incrédulos. El Reino de la Gracia empezó en la cruz, donde Cristo triunfó sobre todo lo que se opone a Dios: el mundo (Juan 16:33), el pecado (Hebreos 9:26), la muerte (2 Timoteo 1:10), y Satanás y sus ángeles (Hebreos 2:14).

¡Qué triunfo el de la gracia de Dios, que se elevó por encima de la abundancia del pecado! Por medio de ella aleja a los hombres de la muerte y los hermana con Aquel que vive eternamente. Por todos estos beneficios te animo a reafirmar hoy mismo la gracia de Dios en tu vida, por medio de la lectura y la obediencia a la Palabra, la oración y la comunión con el Espíritu Santo.

Oración:

Amado Señor Jesús, ayúdanos hoy a cambiar nuestras vidas para que nuestra fe venza todos los obstáculos que se oponen a tu Reino; hoy volvemos nuestro corazón a Ti para agradecerte inmensamente por la gracia que nos fue dada por medio de la cruz. Amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo