“El Señor camina sobre la tormenta, y las nubes son el polvo de sus pies”
(Nahúm 1:3)
▲ Aunque la tempestad parezca no tener fin, confía
en que
Dios ha preparado el tiempo propicio para tu bendición |
El versículo de hoy nos dice que “el Señor camina sobre
la tormenta, y las nubes son el polvo de sus pies”. Eso significa
que Dios ha estado caminando hacia ti, y que toda la tormenta (que es un sinónimo
de las circunstancias difíciles de la vida), con sus truenos y vientos
huracanados, no han sido más que el camino que Dios ha utilizado para
llegar hasta donde tú te encuentras ahora.
Deja que Dios te guíe, confía plenamente y podrás
ver que se abrirá la puerta que Él ha preparado para ti, con todo tipo de
provisiones. Todas las dificultades: tristeza, decepción amorosa, deudas,
pobreza, se terminarán y vendrán a tu vida los días de cosechar las
bendiciones, así como la fresca brisa precede a la tempestad. Todo será
cambiado sin que tú hagas nada, y verás que las circunstancias
se mueven a tu favor.
Dios viene hacia ti sobre la tormenta; El
escuchó cada una de tus oraciones y ahora vendrá el alivio tan esperado.
Conocerás el gran poder de Dios, quien sostiene el universo entero, alimenta a
las aves, a los peces y a las plantas; quien dirige el trayecto de los astros y
el crecimiento de cada célula; quien sabe dónde cae la lluvia y también tus
lágrimas; quien sabe el momento adecuado para que alumbre el sol y
quien ha preparado el tiempo en que tú recibirás tu bendición,
con todo lo que necesitas.
Ahora sonríe un poco, ordena tu habitación, y ora al Señor en tu
intimidad: “Dios mío, gracias por amarme tanto, gracias por la bendición, y
gracias porque en esta espera me has sostenido y no has permitido que las
circunstancias me destruyan. Gracias Dios mío, por ese río de bendición que
viene en camino, mientras espero con fe ser inundado por tu gran amor”.
¡Te bendigo!
Pastor Antonio Trejo