“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”
(Santiago 1:5)
▲ Según cómo nos manejemos en la sabiduría de Dios,
veremos la intensidad del Espíritu Santo en
nuestras vidas
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La sabiduría es la capacidad espiritual de considerar y evaluar la vida y
la conducta desde la perspectiva de Dios, y abarca tomar decisiones correctas y
hacer lo debido de acuerdo con la voluntad de Dios. En la Palabra de hoy,
Santiago comienza hablando de la sabiduría, y se refiere particularmente a la
manera de superar las pruebas y llegar a la madurez. Es que las pruebas, sin la
sabiduría divina, no producen madurez; si se padecen sufrimientos sin
sabiduría, no hay madurez. De igual modo, si tenemos conocimiento de la
sabiduría de Dios pero no la hemos practicado en una prueba, tampoco habrá
crecimiento espiritual.
¿Pero, en qué consiste esa sabiduría? Es la
capacidad de ver las cosas como las ve Dios, es decir, contemplar las cosas
como son en vez de como se pintan o como parecen, y la habilidad de escoger la
mejor opción en cada situación. Es, en otras palabras, la capacidad de seguir
el camino que nos llevará al bien, a pesar de los engaños del adversario y de
la tendencia pecaminosa de nuestra naturaleza imperfecta.
En el libro de Job aparece esta pregunta: ¿De
dónde, pues viene la sabiduría? He aquí la respuesta: “Sólo Dios
sabe llegar hasta ella” (lee Job 28:20,23) En este mundo, si alguien
tiene información que otros desean tener, generalmente cobra por ella. Dios, en
cambio, no es así. El no cobra por la sabiduría; más bien, la da generosamente
a quienes se la piden. Si te falta sabiduría, sólo tienes que pedírsela
a Dios. A Él no le importa quién eres, qué has hecho, o de dónde vienes; si tú
quieres empezar a vivir según Su sabiduría, sólo tienes que pedírsela, como nos
anima el versículo de hoy.
Es el Espíritu Santo el que trae la sabiduría.
Jesús les dijo a sus discípulos: “Si ustedes, aun siendo malos, saben dar
cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo
a quienes se lo pidan!” (Lucas 11:13). Sabemos que el Espíritu Santo
viene a morar en nosotros en el momento de la salvación; pero podremos
experimentar con mayor o menor intensidad Su presencia y Su poder en nuestras
vidas, según cómo nos manejemos en la sabiduría de Dios. Si se lo pedimos a
nuestro Padre celestial, El nos dará más de la presencia del Espíritu para que
podamos tener sabiduría en la prueba.
Amigo lector, cuando te encuentres en una prueba
de tu fe -que puede ser por algún problema en la vida que te agobia, o por
alguna persona que te fastidia, o por alguna duda que te perturba-, recuerda
pedirle a Dios Su sabiduría. ¡Recuerda que está en ti su Espíritu Santo, y
deja que El te ayude a saber cómo obrar!
Oración:
Nuestro crecimiento como hijos de Dios depende de nuestra madurez
espiritual. Nuestra capacidad para enfrentar la vida, con toda la certeza de
obtener la victoria, depende de la sabiduría de Dios. Hoy nos comprometemos a
buscarla con todas nuestras fuerzas; en tu nombre Señor Jesús, amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo