lunes, 24 de septiembre de 2012

Sustento de Dios



“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”

 (Salmo 31:24)

▲ En los momentos de aflicción, los creyentes
pueden buscar el amparo de la presencia de Dios.


El salmo de hoy nos impulsa a tener ánimo y valor en los momentos de adversidad. En el pasaje citado David nos está enseñando a esperar  en Dios y a no desfallecer, y a infundir ánimo en nuestros corazones.  Y no es una expectativa ciega la que llena el alma del que espera en el Señor, sino una esperanza firme que sólo la puede dar el sustento de Dios por medio de la fe.

El Salmo 31, casi en su totalidad, es una oración profundamente personal de David que expresa angustia y lamento a causa de los enemigos que acechaban contra su vida (vv. 4,8),  la enfermedad (vv. 9-10) y el abandono de los amigos (vv.11-13). Pero también revela que en los momentos de profunda aflicción, los creyentes pueden esconderse al amparo de la presencia de Dios (v. 20).
Quienes conocemos la historia del más grande rey de Israel, sabemos que tuvo que atravesar situaciones desesperantes, que no sólo eran provocadas por sus enemigos, sino también por su entorno íntimo y aún por su propia familia, como ocurrió con la rebelión de su hijo Absalón. Pero así como conocemos sus desesperados y angustiosos clamores a Dios pidiendo salvación, también hemos leído sus declaraciones de profundo gozo cuando el Señor le daba la victoria y le infundía el aliento necesario para continuar.

Hoy te aliento a que también le des ánimo a tu corazón porque el Señor está a tu lado en los momentos difíciles. Hay personas que se han dejado vencer por los problemas y su carga las ha arrastrado a la desesperación, las ha desanimado. Pero la Palabra dice que los que confían en el Señor serán como el monte de Sión, que no se mueve sino que permanece para siempre” (Salmo 125:1); hoy te aliento a que te tomes de esta promesa y le opongas a la adversidad el escudo de la esperanza.

Oración:

Señor Jesús, en esta mañana te pido que me des aliento para continuar en la lucha, y para tener la certeza de que tu fe y tu valor me sustentarán todos los días. Amén.

                                                         ¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo