domingo, 23 de septiembre de 2012

Combatir el conformismo



"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"
(Romanos 12: 2)


Dios tiene disponible una vida plena y abundante
si te decides a dejar el conformismo.


 Cuando una persona permite que Dios moldee su entendimiento, comenzará a adquirir una nueva visión de la vida que lo llevará a la acción en todas las áreas en las que deba moverse. Esta es la vida abundante de la que habló el Señor Jesús en Juan 10:10: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Pero cabe la pregunta: ¿qué abundancia puedo tener si no modifico mis modelos de pensamiento conforme a la fe, la esperanza y el amor que Cristo hace disponibles a través de Sus enseñanzas? Si examináramos con honestidad este planteo, veríamos que el tema merece toda nuestra atención por su profundidad y vital importancia para nuestra vida.

El conformismo consiste en aceptar fácilmente cualquier circunstancia, de manera pasiva y resignada, sin efectuar un esfuerzo para cambiarla para bien. Esta actitud de resignación pasiva es muy contagiosa, debido principalmente a que vivimos en un mundo en el que la mayoría de las personas se adapta con facilidad a lo que tiene a mano: si su situación es cómoda, se sumergen en una burbuja de conformismo y de ocio; y si les toca pasar por momentos difíciles, les cuesta tener una visión de fe y de esperanza de que sus vidas podrán cambiar. ¡Tal es la forma en que funciona una mente sin Cristo!


Y entre los creyentes, diremos que algunos tuvieron grandes anhelos en su corazón, pero lamentablemente permitieron que el conformismo apareciera en sus vidas, y a partir de allí sólo esperan adaptarse y ubicarse según donde alumbre el sol, en lugar de buscar y concretar los sueños que Dios tiene para ellos. El conformista por lo general desconoce lo que es la felicidad verdadera, y se aísla por temor a exponerse demasiado; piensa "Para qué quiero más, si con lo que tengo me alcanza y me sobra", o "Yo no soy ambicioso", aunque la realidad es que teme ambicionar o desear algo y no poder alcanzarlo. Nunca piensa en mejorar o en salir adelante, y por lo general es una persona mediocre, que comienza algo pero nunca lo termina.

Si nos esforzamos sinceramente por ajustar nuestros pensamientos a lo que Dios ha dispuesto, nunca tendremos temor al fracaso, porque sabremos que todas las circunstancias nos ayudarán a bien, como lo expresa la Palabra. Nos maravillaremos ante la exhortación de Pablo, que en su Carta a los Filipenses los anima a pensar en “todo lo que es verdadero,  todo lo honesto,  todo lo justo,  todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre” (Filipenses 4:8). Y finalmente, nuestro entendimiento será renovado cuando con la ayuda de Dios, derribemos definitivamente los “argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2ª Corintios 10:5). Así que amigo lector, ¡comienza hoy a esforzarte en buscar la vida plena que Cristo tiene para ti!

Oración:

En este día, decidimos dejar a un lado el conformismo que nos rodea, para lograr los anhelos espirituales y materiales que Dios ha puesto en nuestro corazón. Y el Dios de los Cielos, que nos ha llamado a vivir una vida abundante y llena de significado, nos capacitará y respaldará para llevarla a cabo. Amén.

¡Que el Señor te bendiga abundantemente! Pastor Antonio Trejo.