"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"
(Romanos 12: 2)
▲ Dios tiene disponible una vida plena y abundante
si te decides a dejar el conformismo.
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Cuando una persona permite que Dios moldee su
entendimiento, comenzará a adquirir una nueva visión de la vida que lo llevará
a la acción en todas las áreas en las que deba moverse. Esta es la
vida abundante de la que habló el Señor Jesús en Juan 10:10: “Yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Pero cabe la pregunta: ¿qué
abundancia puedo tener si no modifico mis modelos de pensamiento conforme a la
fe, la esperanza y el amor que Cristo hace disponibles a través de Sus
enseñanzas? Si examináramos con honestidad este planteo, veríamos que el tema
merece toda nuestra atención por su profundidad y vital importancia para
nuestra vida.
El
conformismo consiste en aceptar fácilmente cualquier circunstancia, de manera
pasiva y resignada, sin efectuar un esfuerzo para cambiarla para bien. Esta actitud
de resignación pasiva es muy contagiosa, debido principalmente a que vivimos en
un mundo en el que la mayoría de las personas se adapta con facilidad a lo que
tiene a mano: si su situación es cómoda, se sumergen en una burbuja de
conformismo y de ocio; y si les toca pasar por momentos difíciles, les cuesta
tener una visión de fe y de esperanza de que sus vidas podrán cambiar. ¡Tal es
la forma en que funciona una mente sin Cristo!
Y entre los creyentes, diremos que algunos tuvieron
grandes anhelos en su corazón, pero lamentablemente permitieron que el
conformismo apareciera en sus vidas, y a partir de allí sólo esperan adaptarse
y ubicarse según donde alumbre el sol, en lugar de buscar y concretar los
sueños que Dios tiene para ellos. El conformista por lo general desconoce lo
que es la felicidad verdadera, y se aísla por temor a exponerse demasiado;
piensa "Para qué quiero más, si con lo que tengo me alcanza y me sobra",
o "Yo no soy ambicioso", aunque la realidad es que teme ambicionar o
desear algo y no poder alcanzarlo. Nunca piensa en mejorar o en salir adelante,
y por lo general es una persona mediocre, que comienza algo pero nunca lo
termina.
Si nos esforzamos sinceramente por ajustar nuestros
pensamientos a lo que Dios ha dispuesto, nunca tendremos temor al fracaso,
porque sabremos que todas las circunstancias nos ayudarán a bien, como lo
expresa la Palabra. Nos
maravillaremos ante la exhortación de Pablo, que en su Carta a los Filipenses
los anima a pensar en “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es
de buen nombre” (Filipenses 4:8).
Y finalmente, nuestro entendimiento será renovado cuando con la ayuda de Dios,
derribemos definitivamente los “argumentos
y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2ª Corintios 10:5). Así que amigo lector, ¡comienza hoy a
esforzarte en buscar la vida plena que Cristo tiene para ti!
Oración:
En
este día, decidimos dejar a un lado el conformismo que nos rodea, para lograr
los anhelos espirituales y materiales que Dios ha puesto en nuestro corazón. Y
el Dios de los Cielos, que nos ha llamado a vivir una vida abundante y llena de
significado, nos capacitará y respaldará para llevarla a cabo. Amén.
¡Que el Señor te bendiga abundantemente! Pastor
Antonio Trejo.