“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión, seremos como los que sueñan”
(Salmo 126:1)
▲ ¡Retoma tus ilusiones de la mano del Señor!
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Basándonos en la Palabra de hoy, me gustaría que reflexiones sobre esto: cuando somos realmente libres de la opresión del pecado, entonces podemos volver a poner en marcha nuestros sueños.
La alabanza contenida en el Salmo 126 es un cántico de agradecimiento profundo al Señor luego del regreso del pueblo elegido de su cautividad en Babilonia, que duró setenta años. En nuestra vida individual, debemos reflejar esta enseñanza del retorno de un cautiverio en un constante agradecimiento hacia Dios, no olvidándonos de cómo nos libró de la cautividad y la tiranía del pecado. El pasaje nos enseña también que las liberaciones de Dios a favor de su iglesia son para que nos gocemos en ellas: ¿y cómo no valorar la redención que Dios obró en nosotros, rescatándolos del poder de la maldad y del dominio del enemigo?
Ahora quiero hablarte de “los que sueñan”. Dios nos enseña en su Palabra que cuando somos liberados por Él, volvemos a dar alas a nuestros sueños y anhelos más profundos, tanto en el área espiritual como material. Lamentablemente hoy en día hay gente que ha abandonado sus sueños porque no los ha visto concretados, y todo sueño no realizado puede convertirse en una pesadilla. Sin embargo, la Biblia nos enseña que cuando Dios nos libra del peso de la cautividad, volvemos a ser como los que sueñan.
Israel, el pueblo del Señor, estuvo cautivo a causa de su pecado, y esa cautividad no le permitió soñar; sólo cuando fue liberado del yugo del enemigo recobró las fuerzas y las aspiraciones. Y hoy en día también existen cadenas que no nos dejan soñar y nos ponen lazo, llevándonos cautivos: la falta de perdón, un sentimiento mal canalizado, el rencor, los celos, los vicios, los complejos, las envidias... En el mundo de hoy, los vicios -por ejemplo- les han arrancado la ilusión a muchos jóvenes. Pero si hoy tú te vuelves a Dios y decides aferrarte a la libertad que Él te ofrece, vas a volver a retomar tus ilusiones. ¡Te aliento entonces en este día a recibir la liberación de Cristo y a volver a soñar!
Oración:
Señor, hoy renuncio a toda transgresión que me ha llevado cautivo y a todo lo que ha quemado mis ilusiones; hoy dejo atrás todo lo que no proviene de Ti y me declaro libre para volver a soñar. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo