lunes, 10 de septiembre de 2012

La fe en acción

“Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió Judá y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas”


(2 Crónicas 32:1)

Ezequías dio un ejemplo
de lo que un creyente debe hacer
cuando se siente amenazado.
 
En este día quiero comenzar con esta palabra: cuando un creyente se vuelve al Señor, reconociendo su pecado, se santifica y comienza a servirle, muchas veces el enemigo se levanta y viene contra su vida. Eso le sucedía al pueblo de Israel. Ellos habían caído en pecado, pero por medio del rey Ezequías, se arrepintieron y destruyeron las imágenes de otros dioses y fue cuando decidieron mantenerse fieles al Dios de los Cielos. Sin embargo, en ese tiempo, el rey asirio Senaquerib atacó y saqueó a Judá e impuso a Ezequías que pagara un costoso tributo. Luego vemos que la reacción del rey de Judá ante la invasión asiria fue volverse de todo corazón al Señor.
El relato bíblico que refleja esta historia indica que el rey Senaquerib escribió una carta a Ezequías afirmando que Dios no podría contra él. Al recibir la carta, el rey Ezequías la tomó y la presentó al Señor en oración; este es un ejemplo en el que un acto de fe establece la autoridad espiritual del creyente sobre sus oponentes y mueve el poder sobrenatural de Dios. En otras palabras, la actitud de Ezequías de presentar la carta del enemigo ante el Señor, se convirtió en una expresión de confianza y una manifestación de la fe con que elevó su oración.
El rey israelita estaba convencido de que Dios escucharía su oración, y el Señor envió un ángel esa noche que destruyó 185.000 soldados enemigos. Los asirios, al verse diezmados en su capacidad de ataque, tuvo que replegarse y dejaron de ser una amenaza para el pueblo de Israel.Ezequías ofrece un excelente ejemplo de lo que un creyente debe hacer cuando se siente amenazado. El no respondió a las amenazas de Senaquerib, sino que clamó al Señor para que lo auxilie. En esos momentos de presión y de angustia pareciera que el enemigo que se levanta contra nuestras vidas es invencible; ¡pero no te asustes, porque el Señor te dará la victoria! Cuando las oposiciones y las adversidades se levanten con la intención de derrotarte, no te turbes, porque mayor es el que está con nosotros que el que viene contra nosotros. Toma el escudo de la fe y la espada del Espíritu, y esfuérzate porque tuya es la victoria.

Oración: 
Señor, en este día nos ponemos en tus manos para poder trabajar en tu Reino, y aunque la oposición se levante contra nuestras vidas, sabemos que Tú permaneces fiel. ¡Te damos gracias por escuchar nuestra oración! Amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo