domingo, 9 de septiembre de 2012

El Camino hacia la vida eterna

“Volvió, pues, Jesús a decirles:… Yo soy el buen pastor”

 (Juan 10:7, 11)

▲“Mis ovejas oyen mi voz,
 y yo las conozco,
 y me siguen” (Juan 10:27).
En el evangelio de Juan, el Señor Jesús dice siete veces de sí mismo: “Yo soy“. Él es el buen pastor, quien al morir en la cruz dio su vida por las ovejas. <!--[if !vml]--><!--[endif]-->Mediante la obra de la salvación, Él es la Puerta por la que el ser humano debe pasar para ser salvo. Pero esto sólo es posible por medio de la fe en el Señor Jesús como Salvador personal. No debemos perder de vista esta gran verdad y predicarla en cuanta oportunidad se nos presente.

Quien ha confesado con sinceridad que Cristo es el Señor, encontrará toda la ayuda necesaria para proseguir su camino. Él dijo: “Yo soy el pan de vida”, es decir, El es el alimento para el corazón del hombre redimido. También es la luz para que encontremos el camino correcto en este mundo, el cual acabará en la gloria junto al Padre. Ese camino es nuestro Señor Jesús mismo, porque dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Él es, pues, el camino hacia el Padre, la verdad acerca del Padre y la vida eterna que nos dado por su gracia.
Cuando en el capítulo 15 del Evangelio de Juan el Señor dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”, se refiere a nuestro testimonio para Él y para Dios en el mundo.
Así como El vivió aquí para Dios, nosotros también debemos llevar fruto para Él. Finalmente Cristo es para los suyos, para los que pasarán por la muerte, la resurrección y la vida. ¡Él obró de manera que todos los que en El creyesen nunca murieran, sino que tuvieran vida eterna!

Oración: 
En esta mañana expresamos nuestra seguridad de que nuestro Salvador nos ha ganado para Él, lo cual significa que no moriremos para siempre, sino que viviremos en su presencia eternamente. Al Señor sea dada toda la gloria. Amén.


¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo