viernes, 28 de septiembre de 2012

Él siempre te busca



“Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo”

(Marcos 16:7)

▲ ¡A pesar de nuestras debilidades,
el Señor nos ofrece Su perdón y misericordia!


La Palabra de Dios nos enseña que uno de los discípulos que amaba a Jesús y estaba siempre a su lado era un hombre extraordinario; me refiero a Pedro, el pescador de Galilea. Era un poco arrebatado, al punto que una noche sacó una espada y le cortó una oreja al guardia que iba a apresar al Señor. Pero llegó el día siguiente  y todos los discípulos del Maestro se dispersaron. Y una mujer encontró a Pedro en el patio del sumo sacerdote y le dijo: “Tú estabas con Jesús el galileo”, pero él lo negó delante de todos diciendo, “No sé lo que dices”. Y saliendo a la puerta del patio lo vio otra mujer, que lo enfrentó diciéndole “tú estabas con él”, pero Pedro lleno de miedo volvió a negar al Señor por segunda vez, y hasta tres veces antes de que cantara el gallo, como lo había profetizado el Señor Jesús.


La Biblia nos nuestra a Pedro como un hombre rudo, fuerte, con decisión y carácter, pero también lo vemos como un hombre que flaquea en un momento de temor y niega al Maestro. Lo vemos como el hombre que negó a Jesús, a pesar de haber estado a Su lado y haber sido testigo directo de la gloria del Hijo de Dios. Pero cuando Cristo resucitó, mandó a decirles a sus discípulos y a Pedro que los encontraría en Galilea. Fíjate que Él no nombró a Juan, que era el discípulo amado, el que acostumbraba a dormir sobre el regazo del Señor; el nombró a Pedro. En vista de esto podemos preguntarnos, ¿por qué a Pedro? Lo hizo así, porque el Señor te busca aunque hayas caído.

Oración:

Señor, tu Palabra me dice que Tú no sólo no rechazas al creyente que ha caído, sino que mandas a buscar por él. ¡Gracias Jesús por mostrarnos que, aunque nos alejemos de Ti en un momento de debilidad, Tú estarás esperándonos con tus brazos abiertos! Amén.

¡Que el Señor te bendiga abundantemente! Pastor Antonio Trejo