domingo, 13 de enero de 2013

Siempre a tu lado



“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”

(Salmos 23:4)
▲ Aunque no veamos a nuestro Salvador con
nuestros ojos, Él siempre está cerca de nosotros

Este versículo es uno de los salmos más amados y siempre ha servido de consuelo a los que encaran situaciones de peligro de muerte, como las personas que sufren de una enfermedad incurable.

 Pero la promesa de este versículo no se limita solamente a los que sienten que están en peligro de muerte. Es una promesa para cada ser humano, porque, aunque nos cueste aceptarlo, todos somos viajeros en el camino hacia la morada eterna. Sabemos que la muerte es un destino inevitable.

 El versículo citado habla del “valle de sombra de muerte”. Y aquí debemos tener en cuenta que la sombra es el resultado de una luz que cae sobre un objeto. Por eso, para el cristiano, la sombra en el valle de la muerte es en realidad una evidencia de que Jesús, la “luz del mundo” (Juan 8:12), no está lejos. ¡Qué bello es entonces el pensamiento de que aunque no veamos a nuestro Salvador con nuestros ojos, Él siempre está cerca de nosotros!

Esto significa que aunque a veces sintamos que estamos solos, mientras marchamos por el camino de la vida, no lo estamos en realidad. El que prometió no dejarnos ni desampararnos (lee Hebreos 13:15), no está en realidad lejos de nosotros (Hechos 17:27).

El sentimiento de soledad no es algo que solamente podamos sentir tú o yo. La mayoría de los seres humanos lo experimentan en una u otra ocasión. El mismo Jesús lo experimentó. Se sintió abandonado en el Jardín del Getsemaní, cuando todos los discípulos lo dejaron y huyeron (Mateo 26:56). Y se sintió aún más abandonado en la cruz, cuando estaba rodeado de tinieblas, cuando le preguntó al Padre por qué lo había abandonado (Mateo 27:46). ¡Pero Dios no lo había abandonado! Tampoco Jesús nos abandonará a nosotros.

En un día nublado, aunque las nubes oculten el Sol, no significa que el sol no esté brillando detrás de las nubes. De la misma forma, aunque nuestra vida se vea oscurecida por los problemas, recuerda que detrás de las nubes el sol brilla. ¡Y nunca olvides que la misma sombra que parece tan temible es en realidad una prueba de que Jesús, la luz del mundo, está cerca!

Oración

En este día nos fortalecemos con la promesa que el Señor nos dejó en su Palabra, que aunque nuestra vida parezca naufragar en un mar de angustia, Él estará con nosotros para alentarnos a seguir adelante. Amén. 

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo