“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?”
(Jeremías 23:29)
▲ En
un corazón sumiso y humilde reside el poder de Dios |
Muchas veces las circunstancias que les toca
vivir han producido en algunas personas una dureza en su corazón, que se vuelve
tan inquebrantable como un diamante que parece resistir a todo.
Muchos han sido abandonados de pequeños; algunos
puestos en orfanatos, otros criados por un familiar insensible, y eso los ha
llevado a hacerse duros e indiferentes. A otros les ha tocado ganarse el pan
desde muy pequeños; otros han sufrido daños psicológicos y morales que
endurecen el corazón hasta volverlo tan duro como una piedra.
Muchos pensarán que en el mundo actual hay que
levantarse murallas, escudos que nos permitan defendernos de los ataques de una
humanidad que pierde cada vez más su capacidad de comprensión y sensibilidad.
Pero no es eso lo que Dios quiere para nosotros; Él mismo declara que
su Palabra es como un martillo que quebranta la piedra, capaz de terminar con
la resistencia de un corazón endurecido. Y hoy quiero que aprendas que en un
corazón sumiso y humilde reside el poder de Dios.
Oración:
Oh amado Padre
celestial, en este día oro por aquellos que han hecho de la insensibilidad una
forma de vida, para que puedan volverse a Ti y comprender lo maravilloso que es
vivir con un corazón tierno, que ha sido instruido en tus mandamientos. Amén.
¡Te
bendigo! Pastor Antonio Trejo