sábado, 27 de octubre de 2012

Más duro que la piedra


“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?  
(Jeremías 23:29)
▲ En un corazón sumiso y humilde reside el poder de Dios

Muchas veces las circunstancias que les toca vivir han producido en algunas personas una dureza en su corazón, que se vuelve tan inquebrantable como un diamante que parece resistir a todo.

Muchos han sido abandonados de pequeños; algunos puestos en orfanatos, otros criados por un familiar insensible, y eso los ha llevado a hacerse duros e indiferentes. A otros les ha tocado ganarse el pan desde muy pequeños; otros han  sufrido daños psicológicos y morales que endurecen el corazón hasta volverlo tan duro como una piedra.


Muchos pensarán que en el mundo actual hay que levantarse murallas, escudos que nos permitan defendernos de los ataques de una humanidad que pierde cada vez más su capacidad de comprensión y sensibilidad. Pero no es eso lo que Dios quiere para nosotros; Él mismo declara que su Palabra es como un martillo que quebranta la piedra, capaz de terminar con la resistencia de un corazón endurecido. Y hoy quiero que aprendas que en un corazón sumiso y humilde reside el poder de Dios.

Oración: 

Oh amado Padre celestial, en este día oro por aquellos que han hecho de la insensibilidad una forma de vida, para que puedan volverse a Ti y comprender lo maravilloso que es vivir con un corazón tierno, que ha sido instruido en tus mandamientos. Amén.

¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo