“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán”
(Mateo 24:35, Biblia NVI)
▲ La Palabra es veraz y permanece para siempre |
Al revelar la verdad por medio de las Escrituras, el Señor busca que el hombre sea capaz de elevarse a nuevas alturas y conocer el gozo de su Salvación. Nunca dudes de la veracidad de la Palabra. No te olvides que fiel y verdadero es Aquel que nos la envió por medio de su Santo Espíritu, para dar testimonio de verdad y salvación eternas.
Existen muchas razones por las que se debe confiar plenamente en la Palabra, pero tal vez la más importante es la que el mismo Dios nos ha revelado: “Profeta les levantaré … y pondré mis palabras en su boca” (Deuteronomio 18:18). Como vemos, es Dios mismo quien imprime su sello de autoría y decide en su suprema voluntad comunicarse con el hombre caído por el pecado, para acercarle luego su gran salvación encarnada en la persona de su Hijo amado y en su sacrificio incomparable.
Desde esta declaración divina y hasta el libro del Apocalipsis, las palabras de la Biblia han ido cumpliendo el propósito de su Autor para con la humanidad, y generación tras generación se han visto confrontadas con sus sentencias y sus exhortaciones hacia el bien, que buscan siempre el arrepentimiento para salvación con la promesa de una vida abundante. Y hoy más que nunca necesitamos de su sustento para el alma, ante la desesperante realidad de corrupción moral y desorientación en que vive el mundo.
La mentalidad de todo lo que es mundano siempre ha buscado desacreditar la veracidad de la Biblia, intentando separar al hombre de su Creador para generar en él una voluntad de autodeterminación, totalmente apartada de la voluntad salvadora de Dios para con la humanidad. Una de las mentiras modernas más destructivas es hacerles creer a las personas que se puede vivir de manera independiente, libres en apariencia, y desligadas del conocimiento de la voluntad de Dios para nuestra existencia.
Pero las palabras del Señor se van cumpliendo a lo largo de la historia y seguirán cumpliéndose, porque Fiel y Verdadero es el que nos las hizo saber. Es este un buen fundamento para nuestra esperanza, por lo que sigamos creyendo y confiando en la Palabra revelada como la norma fundamental por la que ha de regirse la vida del cristiano, “la cual tenemos como segura y firme ancla del alma” (Hebreos 6;19).
Oración:
Señor Jesús, hoy nos deleitamos en tu Palabra salvadora, en sus declaraciones de profunda sabiduría que esconden un tesoro incalculable de gozo y de salvación eterna, confiando en que tus dichos nos vivifican día a día como sustento espiritual y permanecen para siempre. Amén.
¡Te bendigo! Pastor Antonio Trejo